Pequeñas Hijas del Sagrado Corazón de Jesús
"El fin de nuestra Obra es la cooperación en el apostolado sacerdotal". (P. Amilcare Boccio)
Florecidas como un “pequeño parterre de flores en el jardín de la Iglesia”

Nosotras, “Pequeñas Hijas del Sagrado Corazón de Jesús”, vivimos nuestra vocación de consagración total al Señor según la espiritualidad y la misión que nos confió nuestro Fundador, Monseñor Amilcare Boccio.Nuestra Congregación es un Instituto de Derecho Pontificio, en el que las hermanas hacen los tres votos de castidad, pobreza y obediencia.Consagradas en modo especial al Corazón de Cristo, ofrecemos nuestra vida a Dios, misericordia infinita, en el “pequeño camino” de la infancia espiritual y con Santa Teresita de Lisieux, nuestra primera hermana, exclamamos: “¡Mi vocación es el Amor!”.
“Nuestra identidad y la finalidad esencial de nuestra vocación están indicadas por el pensamiento que siempre dominó la vida de Padre Amilcare: “Conduce hacia mí las almas por el camino de la confianza, ayúdame a sanarlas, a fortalecerlas, a santificarlas en mi amor con la dulzura de mi Madre, inspirándoles constantemente la confianza”.
Ésta es la misión a la que estamos llamados en la Iglesia y en el mundo. Deseamos vivir el seguimiento de Jesús en un espíritu de oración, de sacrificio y de reparación, en una creciente conformidad con Jesús “manso y humilde de corazón” para ser la raíz escondida del gran árbol del reino del amor. Por eso, la caridad fraterna, que brota del Corazón traspasado de Cristo, es el centro vital de nuestra espiritualidad, tiene su raíz en la humilde acogida de la gracia y se convierte en el testimonio más creíble del Señor Resucitado. Nuestra vida se resume en “conocer y amar, dar a conocer y amar el amor misericordioso de Jesús” colaborando en el apostolado de los ministros ordenados y ofreciendo nuestra vida por la salvación de nuestros hermanos a través de nuestra misión de caridad pastoral, educativa, asistencial y social.